Con la lengua fuera, llegamos con el tiempo justito para ver empezar la cremá de las fallas. La mezcla de alegría por la culminación de la fiesta, con tristeza por el final de la misma y la quema del monumento que representa para todas nuestras falleras, falleritos y presidentes, tanto mayor como infantil, todo un año de emociones, se transformaba en lágrimas, lloros y abrazos entre todos. Carmen, con la entereza que la caracteriza, consolaba a sus falleritos, y mientras tanto, Benjamín, emocionado y con el semblante fijo en los monumentos, junto a Sarita y Jose, y junto a Sara después, dejaba entrever, lo que todo ha significado para él.
Los padres tanto de las falleras mayores como infantiles, se abrazaban entre lágrimas, sin dejar de pasar la ocasión de felicitarse mutuamente y de expresar a Benjamín, a Olga, a Paco, Nuria, Liliana, y Jose María, lo bien que había salido todo y la experiencia tan bonita que habían vivido, sintiéndose, los más nuevos, acogidos por nuestra falla de manera incondicional y reconociendo que habían acertado en su decisión de haber hecho a sus hijos Falleras o Falleritos del Centro España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario